Hablar con el cuerpo al igual que lo hace nuestra mente, sin emplear las palabras, con un gesto, una postura, una mirada profunda, etc…  por eso, es precisamente esta, una de las categorías  que más compleja resulta y que a la vez más  atrae por la dificultad que conlleva,  «un cuerpo también transmite, con su absoluto silencio» .

Quizá para muchas personas resulta violento tanto ver estas imágenes como incluso prestarse para una sesión de esta categoría fotográfica y por mi experiencia tanto con chicas como con parejas se termina forjando una bonita relación de amistad en cada uno de los trabajos realizados.              Son muchos  los autorretratos realizados para poder seguir evolucionando en este aspecto, sin dejar de lado el tratamiento de las sombras y las luces, pues reconozco que para muchas personas es complicado ver la belleza que entraña sin dirigir la mirada a la confusión.

Hoy trato de seguir aprendiendo de los grandes fotógrafos que han marcado la historia de la fotografía de desnudo, Rene le Begue, Andre Kertesz, Bayard, Edward Steichn, Man Ray, Robert Demachy, Francesca Woodman… y otros tantos que se citan en el «Origen de la fotografía de desnudo». Grandes hombres y también mujeres  que nos dejan   retratos destacados, técnicas impensables en su tiempo, y difícil  de superar en la actualidad, donde casi todo esta inventado y donde la tecnología ha suplido el papel del ingenio, utilización de la luz y la sombra como eje fundamental, para transmitir las sensaciones que se desean proyectar.

No se lucen cuerpos, se trata de hablar con cada posado, hay q ver mas allá de la imagen proyectada, detrás de cada una hay una historia, yo solo aspiro a aprender a comunicarme y trasladarlo  a quien le interese  escuchar lo que se trata de  transmitir  en cada posado.