Los primeros profesionales de la fotografía de desnudo se inspirarón en la tradición europea de la pintura, en lo que respecta a los temas, la composición y la iluminación.

Las diferencias de los procedimientos entre ambas formas de arte pronto marcaron evoluciones distintas.

Además, la fotografía introdujo una opción que nunca antes había estado disponible en el arte visual: se podía elegir entre capturar una escena de forma instantánea, tal cual, o crear una composición artística colocando deliberadamente todos los elementos antes de que se abriera el obturador.

DESNUDEZ CON MENSAJE

En la medida en que la fotografía fue ganando popularidad, también la ganaron las imágenes de cuerpos desnudos, introduciendo la sexualidad en el nuevo medio, con frecuencia en las guisas del esteticismo. Estos desnudos, fotografiados a la luz del día, se veían apasionadamente reales en comparación con las pinturas, en los que el espectador sabía que el artista había descrito cuidadosamente la luz del cuerpo del modelo a su libre albedrío.

 

DESNUDOS ERÓTICOS

Al principio de la década de 1840, con las mejoras en las lentes y en los productos químicos se hicieron posibles exposiciones de menos de un minuto, un avance que abría camino a la realización de retratos populares. Otro avance fue la cámara esteroscópica, que creaba la ilusión de imágenes tridimensionales. Este efecto se conseguía presentando dos imágenes bidimensionales, ligeramente diferentes, una junto a la otra. Este proceso se utilizó para retratos cotidianos, pero también para mostrar imágenes “reales”, secretas y eróticas.

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Dos de los defensores más prolíficos de esta nueva técnica fueron F.J. Moulin (aprox. 1800-1868) y Auguste Belloc (activo entre 1850 y 1868). Da la sensación de que estos dos fotógrafos franceses hayan probado todos y cada uno de los géneros del desnudo: desnudos académicos, desnudos pictóricos que simulan obras de arte famosas y las imágenes eróticas, incluso pornográficas. Sus fotografías de desnudos académicos se utilizaron como referencia entre pintores como Coubet y Delacroix.

Los desnudos fotográficos tomaron inevitablemente una connotación sexual. Muchos de los fotógrafos que exploraron la sexualidad del cuerpo humano lo hicieron anónimamente y algunas de aquellas imágenes continúan siendo impactantes aún hoy. Mostraban la belleza y también sus necesidades sexuales, sus deseos y sus actividades, a menudo explícitas, un tema que reaparecería en la escena artística a mediados del siglo XX.

 

 

 

EL DESNUDO CIENTÍFICO

Mientras se desarrollaba el género de la fotografía erótica y los artistas discutían sobre el uso de la forma humana en este nuevo medio, otros fotógrafos se adentraban en las posibilidades científicas y técnicas.

En Estados Unidos y Francia, respectivamente, Eadweard Muygridge (1830-1904) y Etienne-Jules Marey (1830-1904) realizaban experimentos con un conjunto de fotografías de un objeto en movimiento a intervalos regulares, en la que un cuerpo desnudo se convertía en el motivo perfecto, por razones artísticas, pero también científicas.

Otra área científica de investigación popular a mediados del siglo XIX fue la antropología, y los científicos tenían mucho empeño en crear un registro fotográfico de las personas que estudiaban. En la medida en que viajar comenzó a ser más fácil, la curiosidad por tierras extrañas aumentó. Fotografías “exóticas”, con frecuencia de las colonias africanas o asiáticas, sedujeron a espectadores occidentales con imágenes de personas semidesnudas.

Este tipo de imágenes y la fascinación por personas y culturas lejanas ya era patente en las pinturas y las esculturas mucho antes de la invención de la fotografía. Sin embargo, este nuevo medio daba a las imágenes una garantía de autenticidad que tuvo como consecuencia el boom de la fotografía etnográfica. Fotografías de personas que vivían en estrecha relación con la naturaleza, con valores culturales e ideas de la moralidad sexual diferentes, se hicieron muy populares entre los occidentales por motivos científicos, ideológicos y, por supuesto, artísticos y eróticos, desde la década de 1860 hasta bien entrado el siglo XX. Aunque algunos fotógrafos adoptaron una postura genuinamente científica, muchas de las imágenes se podrían clasificar de “etnografía imaginativa”. Esta visión exótica de lo extraño, la idealización romántica y la fantasía erótica rayaban en el racismo y la etnocentricidad; con frecuencia revelaba más de la cultura de los fotógrafos y sus fantasías que de las culturas extranjeras y sus pueblos indígenas, destacamos la obra de Rudolf Lehnert (1878-1948) y Ernst Landrock (1878-1966).

 

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LA FOTOGRAFÍA CONOCE EL ARTE

la fotografía ha servido de gran ayuda a pintores y escultores, quienes tenían acceso a numerosos libros de desnudos en diferentes poses y escenarios. A mediados de la década de 1880, todo ello dio lugar a un movimiento a favor del reconocimiento de la fotografía como forma de arte equivalente, que se vino a denominar pictorialismo. El objetivo de los pictorialistas era conceder a la impresión fotográfica el rango de un auténtico objeto artístico, por lo que creaban productos muy similares a las pinturas, tanto en el contenido como en la forma.

Las fotografías que tomaban los pictorialistas de modelos desnudos no eran retratos, sino que exploraban la narrativa y el simbolismo y expresaban las emociones y los sueños de los fotógrafos. En vez de intentar producir imágenes con el máximo de detalles, suavizaban sus impresiones utilizando lentes difusores y elaborados procesos de impresión.

Robert Demachy (1859-1936) fue el más famoso representante del pictorialismo en Francia, mientras que Edward Steichen (1879-1973), Frank Eugene (1865-1936) y Heinrich Kuhn (1866-1944) fueron sus defensores más notables en Estados Unidos, Alemania y Austria, respectivamente.

 

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LA FOTOGRAFÍA UN NUEVO CAMINO

Los modernistas buscaron elementos que tuvieran atractivo para sus fotografías y emplearon técnicas específicas del medio fotográfico. El cuerpo desnudo se presentó entonces como un tema por sí mismo, utilizado de una forma gráfica con una fuerte interrelación de líneas y ángulos. Para artistas como el austriaco Rudolf Köppitz (1884-1936) y el checo František Drtikol (1883-1961), el desnudo pasó a ser una figura con la que crear composiciones geométricas y abstractas inspiradas en el cubismo.

En la década de 1920, nació el movimiento surrealist,  el objetivo de los surrealistas era desdibujar las líneas entre el consciente y el inconsciente y expresar la imaginación tal como se revelaba en los sueños. El francés André Breton (1896-1966) y sus colegas surrealistas descubrieron poco después las posibilidades artísticas inherentes a la fotografía, especialmente en los collages. La representación del cuerpo se cubría de un velo de misterio y cierto erotismo.

Man Ray (Emmanuel Radnitsky, 1890-1976) fue pionero en el uso de técnicas de producción de imágenes surrealistas mediante la manipulación en el cuarto oscuro.

 

 

 

DESNUDOS Y CLASICISMO

La belleza de las estatuas de la Grecia y Roma clásicas ha inspirado a pintores y fotógrafos a lo largo de toda la historia, y en el siglo XX la influencia clásica se utilizó con fines artísticos, políticos e, incluso, eróticos. A principios del siglo, el movimiento nudista celebró la belleza de la figura humana con imágenes de jóvenes gimnastas saludables en paisajes soleados y puros, mientras que en 1927 Elli Souyoultzoglou-Seraidari (1899-1998), conocida como Nelly´s, fotografió a las bailarinas rusas Nikolska y Mona Paiva bailando desnudas entre los pilares del Partenón como si fueran la encarnación de un mito antiguo. Sus imágenes de bailarinas desnudas provocaron un escándalo y, de paso, le garantizaron la fama.

Aunque el tema principal era el cuerpo humano desnudo, la sexualidad también se podía hallar en fotografías de ámbito privado. El alemán Herbert List (1903-1975) fotografió a hombres desnudos en un escenario que recreaba el de la Grecia clásica, con posados y un estilo de influencias literarias contemporáneas, especialmente de Jean Cacteau. Estas imágenes homoeróticas, en alto contraste y tomadas con gran angular, donde se veía a hombres jóvenes desnudos yuxtapuestos con estatuas antiguas, muestran un punto de vista atemporal y mítico que otorga la misma importancia a un templo que a un cuerpo. Sus imágenes no se publicarían hasta después de su muerte.

lebendige-antike-1936-de-leni-riefensthalEn los años de la década de 1930, los regímenes políticos utilizaban imágenes de atletas desnudos para mostrar la aparente supremacía de su pueblo. El cuerpo humano debía ser perfecto y saludable, tener la mente libre para estar al servicio de un objetivo superior: los intereses de la nación. Los experimentos artísticos de los dadaístas y los surrealistas se consideraban degenerados en países como la Alemania de Hitler y la Unión Soviética de Stalin, de modo que muchos vanguardistas salieron de Europa con dirección a Estados Unidos.

 

 

 

 

 

EL ESTILO DOCUMENTAL

Eleanor, Chicago, 1948

Eleanor, Chicago, 1948

Después de los horrores de la Segunda Guerra Mundial, se hizo mayor énfasis en la sensualidad y ternura de las imágenes de desnudos. Los artistas comenzaron a dar nombre a sus modelos, que en ocasiones eran las propias esposas. El ejemplo más característico es el del estadounidense Harry Callahan (1912-1999), quien hizo numerosos estudios de su esposa Eleanor, utilizando una variedad de técnicas y situándola tanto en interiores como en paisajes naturales. Actualmente, algunos fotógrafos consideran esta serie como el área más importante de su trabajo y para describirla utilizan términos como intimidad, confianza y amor entre ellos.

 

 

 

 

FOTOGRAFÍA DE MODA

odalisque-1-1943-de-paul-horstEn este nuevo concepto de moda, el cuerpo se convirtió en el elemento más importante, mientras que las prendas de vestir pasaban a un segundo plano. Las imágenes de Horst y Blumenfeld demostraban el deseo del redescubrimiento del cuerpo y sus dimensiones artísticas, al mismo tiempo que responden a las necesidades de la fotografía de moda.

 

 

 

 

 

 

 

EL DESNUDO MASCULINO

Hasta finales de la década de 1960, las imágenes de cuerpos eran principalmente de cuerpos femeninos tomadas por hombres. El desnudo fotografiado seguía en gran medida las convenciones académicas heredadas del arte clásico, en especial en Europa. Sin embargo, en la desestabilización social de aquella década se gestarían las bases de una nueva forma de ver el cuerpo humano.

Abbaye de Montmajour, Arles 1893 de Arno Rafael Minkkinen

Hasta los años sesenta, el cuerpo masculino desnudo se representaba únicamente como un guerrero, un deportista o un modelo. Sin embargo, el cuerpo se convierte casi en un objeto, una estatua abstracta, en el trabajo de Minkkinen. Este fotógrafo, esquelético y casi de 2 metros de altura, distorsiona el encuadre y a veces aparece como una mera silueta.

 

 

 

 

 

 

DESNUDOS FEMINISTAS

Con la aparición de revistas como Playboy en 1953 y Penthouse en 1965, la desnudez femenina erótica entró en la vida diaria y se convirtió en un tema de moda en ciertos sectores de la población en Europa occidental y Estados Unidos. Este tipo de imágenes de desnudos tenían una orientación absolutamente masculina, en el sentido en que las hacían los hombres para los hombres.

El movimiento feminista que nació en los años sesenta y ganó poder e influencia en los setenta rechazaba esta tradición de explotación masculina; desde entonces numerosas artistas mujeres han utilizado la fotografía y el vídeo para reclamar su identidad sexual independientemente de la mirada del hombre. Entre 1975 y 1981, la artista estadounidense Francesca Woodman (1958-1981) hizo una serie de autorretratos expresando su sexualidad, sus deseos y sus ansiedades. Sus fotografías eran con frecuencia un diálogo interior con el espejo, jugando con las ideas del narcisismo, su propia belleza y el conocimiento de que ésta se desvanecerá algún día. El desnudo de la obra de Woodman es más que provocativo: sirve como imagen de su alma, un diario emocional y autobiográfico que terminó cuando se suicidó a los veintitrés años de edad. La determinación feminista de afirmar la propiedad de las imágenes del cuerpo femenino es la lógica de estos autorretratos introspectivos, y Toto Frima (1953) también ha realizado magníficos ejemplos de este tipo de trabajo en los Países Bajos.

 

 

 

REDESCUBRIMIENTO DEL EROTISMO

Mientras tanto, fotógrafos como Ralph Gibson (1939) y David Hamilton (1933) en el Reino Unido y Lucien Clergue (1934) en Francia, buscaron un erotismo poético en el cuerpo femenino. Clergue fotografiaba normalmente a sus modelos cerca de elementos naturales como olas o rocas, y aprovechaba al máximo la fuerte luz del sur de Europa. Para Gibson, la potencia erótica del desnudo tenía su origen en la forma en la que se vestía el cuerpo o en los detalles de sus movimientos. Su perspectiva fragmentada evidenciaba su amor por la abstracción y el misterio. Se podría decir que la diferencia entre la imagen verdaderamente erótica y la pornografía es el misterio; las piernas tapadas de una mujer pueden ser más sensuales que las de una mujer desnuda.

 

 

 

 

 

 

EL DESNUDO COMERCIAL

En las décadas de 1970 y 1980, los fotógrafos de moda comenzaron a presentar una nueva y polémica imagen del cuerpo femenino. El pionero en este respecto fue el alemán Helmut Newton (1920-2004). Las fotografías de desnudo que hacía Newton eran abiertamente sexuales, con un trasfondo amenazante; aunque se solía cuidar que las modelos parecieran formar parte de una elite social, con frecuencia se mostraban, con un estilo propio del reportaje, sorprendidas en entornos sórdidos y participando en actos de fantasía y fetichismo. Gracias a su trabajo, se convirtió en un artista muy influyente en el campo de la moda, aunque se pensó que algunas de sus fotografías contenían una carga demasiado sexual para las revistas americanas y solamente se publicaron en Europa.

En la década de 1980, Newton desvistió a la mujer dinámica e independiente en una serie llamada Big Nudes. En esta serie, las mujeres eran muy altas y estaban completamente desnudas, no llevaban nada más que el maquillaje y tacones. Big Nudes se exhibió en impresiones de tamaño real con las que se pretendía provocar al espectador mostrando mujeres seguras de sí mismas que sabían lo que querían y que parecían muy conscientes de su belleza y sexualidad.

 

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DESNUDEZ

En la era digital en la que nos encontramos, las imágenes se almacenan invisiblemente en un sistema informático. Mientras que la fotografía tradicional fue en otros tiempos la forma más importante de proporcionar imágenes a los medios, ahora es normalmente el ordenador el que produce y modifica las imágenes, utilizando códigos digitales; se puede construir una representación íntegra del cuerpo humano partiendo de un esquema matemático o, también, se puede crear modificando una imagen almacenada.

Obviamente, esta revolución también influye en cómo el fotógrafo se enfrenta al cuerpo desnudo; la perfección ya no es necesaria en el momento en el que se pulsa el botón de obturación y la fotografía ahora sirve como base para el trabajo de un pintor en un lienzo digital. La piel se puede pintar con un aerógrafo, se pueden agrandar los ojos, los pechos y los labios, se pueden reducir cinturas y mandíbulas, se pueden alargar cuellos y piernas; la perfección del desnudo puede mostrarse ahora completamente artificial y ser absolutamente verosímil. La fotografía ya no necesita capturar el “momento decisivo”, por utilizar las palabras de Henri Cartier-Bresson; en lugar de eso, puede entrar en el mundo del pintor virtual. Como la tecnología actual abre una infinidad de posibilidades, trabajar con el cuerpo desnudo mediante la fotografía ya no conoce más límites que los de la imaginación.

Sin embargo, la necesidad de expresar estética, sensualidad y erotismo es esencialmente humana y esta autenticidad emocional se puede pasar por alto cuando se utilizan trucos técnicos avanzados o cuando se pretende captar la atención del espectador. Llevar la fotografía al límite simplemente por llevarla suele terminar en meros efectos espectaculares. Pero, aunque algunos artistas pueden haber decidido seguir ese camino, existen claros indicios de reacción contra la tendencia dominante. A pesar de la era digital, a principios del siglo XXI se encuentran signos del comienzo de una vuelta a lo natural, lo sensual y lo sensible, así como un afán por revelar más que nunca la inspiración interna del artista.

Fuente: Desnudo Fotografía. El arte y la técnica (fragmento). Ediciones Akal 2010. Autor: Pascal Baetens.